Accedemos a este proyecto tras ganar el Concurso Público
abierto con una primera fase de selección curricular para la redacción del
proyecto de Interiorismo de Museo Cristóbal Balenciaga en Guetaria.
El objeto del encargo es en realidad más amplio de lo que
sugiere el enunciado, pues no se trata sólo de acondicionar un edificio nuevo y
acabado, sino que hay que dar soluciones a temas de cerramientos y acabados,
interiores y de fachada, que no quedaron resueltos desde el proyecto
arquitectónico ejecutado.
La redacción del proyecto de interiorismo debe atender a
una serie de soluciones que normalmente se asocian al proyecto arquitectónico.
Esta circunstancia nos obliga y permite incidir con intensidad en la imagen
general del conjunto, y trataremos que el edificio gane en coherencia y unidad
visual.
Para nosotros una de las cosas más estimulantes de este
proyecto es poder hacer la museografía de la exposición permanente de un
creador de la trascendencia de Balenciaga.
Se trata pues de hacer un proyecto de interiorismo lo suficientemente fuerte
como para conciliar el emplazamiento, el edificio nuevo y los contenidos del
museo.
Es un reto de elevada dificultad pues el edificio
nuevo prácticamente construido, sobre el que hemos de intervenir, y que tenía
que relacionar y relacionarse con las colecciones (Balenciaga) y el lugar
(Getaria), es bastante indiferente a ambos, tanto por su dimensión y escala,
como por su forma y la propuesta de usos y circulaciones que plantea, como por
su durísima materialidad.
Dicho esto, y dadas las circunstancias especiales a las que hemos aludido, la
estrategia de proyecto es también particular. Es un proyecto que se plantea
desde las soluciones parciales para desde ellas llegar a una imagen unitaria
del conjunto. Trataremos de describir las soluciones planteadas siguiendo un
orden que en realidad no es tal cosa pues el proyecto se ha desarrollado
simultáneamente desde todas sus partes.
El acceso y el espacio público:
Nos parece necesario tratar el espacio de acceso al
edificio como si de espacio público se tratase. Un espacio libre y amplio que
se abre desde al acceso de las escaleras automáticas y que pasa a formar parte
de la calle y del pueblo- el cierre se estudia para que este espacio pueda
cumplir esta doble función público –privado-.
El recorrido alrededor del Palacio Aldamar se trata con
criterios topográficos de adaptación a terreno, pero sin olvidar que hay un
proyecto paisajístico que tiene que ser coherente con el concepto global del
proyecto.
Se plantea una amplia plaza en el acceso al edificio del
museo. Se prevé hacer una plantación de trepadoras frondosas en el muro de
contención lateral.
El recorrido paisajístico y alrededor del Palacio Aldamar
se hace a lo largo de unas amplias superficies inclinadas. Estas superficies
alternan zonas pavimentadas con taludes verdes y ajardinados. Se plantan
grandes árboles en el talud que queda frente al Palacio con la voluntad de
continuar visualmente el espacio de bosque que actualmente ocupa la ladera.
La fachada principal:
Este es un punto especialmente delicado pues es el que
tiene más visibilidad desde el pueblo y es la fachada que relacionándose con el
Palacio Aldamar dibuja la identidad y el carácter del nuevo museo.
El proyecto inicial planteaba una fachada totalmente
acristalada que se relacionaba muy mal con el carácter mucho más masivo de la
arquitectura del Palacio Aldamar. Dos planteamientos tan distantes que no se
afirmaban por contraste sino que se anulaban uno a otro generando una relación
muy incómoda entre dos edificios que desde esta perspectiva tienen
prácticamente el mismo tamaño.
Nuestra opción es convertir la fachada nueva en un
elemento mucho más neutro, y que se convierte prácticamente en una puerta. Una
puerta con un carácter particular, pues en ese papel representativo que le
corresponde asumir se muestra como un gran pliegue, que nos ha de ir dando
entrada, paulatinamente, al sofisticado y cualificado universo de Balenciaga.
El vestíbulo:
Es un espacio fundamental desde el que parten todas las
circulaciones del edificio.
Es un lugar complejo desde su concepción, pues una entrada frontal claramente
orientada hacia la dirección más profunda del edificio, se niega nada más
entrar al verse obligado el visitante a iniciar el recorrido expositivo por el
palacio Aldamar.
La voluntad de enfatizar esta segunda entrada nos induce
a tratar con intensidad el paramento inclinado que une nuestro edificio con el
antiguo y marcar, en toda su verticalidad, una grieta que nos insinúe que algo
continúo y que abarca las tres plantas está pasando detrás de ese gran muro.
La situación y la forma del mueble de recepción también
insiste en esta cualidad necesariamente torsionada del espacio.
El acceso al Palacio Aldamar se solventa inclinando todo
el pavimento del vestíbulo, que progresivamente en su recorrido ascendente irá
estrechándose para introducirnos en la “grieta” que nos permitirá entrar al
palacio. Una especie de gran “embudo” en planta, que nos empuje, naturalmente, a
tomar la dirección de recorrido planteada.
A este gran espacio que en el proyecto inicial se
planteaba como totalmente vacío creemos que hay que darle un uso algo más
pautado. De esta manera asociamos una función a cada espacio que queda bajo cada
uno de los tres grandes volúmenes suspendidos: la tienda, el espacio
polivalente y la cafetería.
(*) Textua eta argazkiak http://www.av62arquitectos.com